La nueva escuela musical de John Bereslavsky (Juan de San Grial) es un movimiento y una experiencia artística nuevos, no solo para el arte y el ámbito musical en general, sino también a nivel filosófico y espiritual como un fenómeno que revela la situación real ontológica y epistemológica de la humanidad en su globalidad.
Juan, además de recrear las esferas y sonidos originales del compositor, al vivir la música profunda y apasionadamente, también la dota de innovaciones, ritmos y nuevos sentidos conceptuales (tanto personales como universales), provocando así en el interlocutor oyente una profunda experiencia de conexión interior.
Algunos aventureros críticos y seguidores llegan a calificar la nueva música como una «revelación del espíritu de la época pasada, actual o futura”, “encuentro con el compositor original”, como una “reminiscencia del alma”, como una «experiencia espiritual pacífica” o provocando empíricamente una restauración de la salud del participante. Ver opiniones aquí.
Es por ello que el autor, eleva la música al más alto grado de experiencia humana y la equivale al mismo lenguaje de las divinidades. ¿Quién puede tener la capacidad de curar, unir, traer la paz y despertar el potencial divino prístino en el ser humano, sino una misma divinidad? Es a partir de esta experiencia y convicción personal, donde Juan pone su atención y trata de restaurar los arquetipos de las antiguas escuelas, de los artistas y compositores que han dejado una huella buena en la humanidad; como lo son Beethoven, Mozart, Tchaikovsky o los bardos y minnecantores medievales y heroicos de los buenos pueblos.
Cabe la posibilidad de que, al principio, para algunos, dada la fuerte influencia de los paradigmas tradicionales, pueda resultar muy diferente o simple, pero conforme se adentra en la plenitud y la esencia de las obras, se puede entender el significado auténtico de su misión. Y es que la paradoja de su difícil apreciación inicial se produce porque el origen y la generación de los sonidos tienen una base principalmente espiritual – ámbito de experiencia desgraciadamente debilitado en nuestra civilización actual -, por lo que, no hay críticos, musicólogos, artistas u oyentes abundantes que participen espiritualmente del nuevo fenómeno musical que está abriéndose actualmente
El mensaje de base central que predomina en todas las obras, abarca cuestiones humanas de vital importancia, como la vida y la muerte, los valores éticos, los modelos originales o la conexión con lo divino; por ejemplo en algunas obras se interpreta el arquetipo de la victoria del bien sobre el mal (ej., Tchaikovsky), la hermandad universal (ej. Beethoven), la victoria sobre la muerte a través del amor y la alegría (ej. Mozart), la adoración a la Madre Divina como musa y sabiduría de todos los genios y artistas (ej. los poetas cátaros, leyendas de caballería de Wagner o Luis II de Baviera, etc.).El carácter espiritual predominante con su énfasis profético en la victoria de la bondad e instauración de un mundo más pacífico y divino, le lleva a desatender el predominio actual centrado en: 1) lo laico-conservacionista, que destila el mensaje original de los compositores privándolos de conceptos espirituales y limita la capacidad creativa de interpretación e innovación por su predominancia en la técnica racional y 2) lo religioso-pseudoespiritualista, que o bien niega y rechaza cualquier sonido fuera del canon o combina y mezcla todo tipo de elementos musicales ajenos al arquetipo original.
Es por ello que la participación y la difusión de este movimiento musical pueden llegar a transformar no solo vidas enteras, sino la humanidad en su conjunto, como especie en transformación. La música tiene un papel central en la existencia y es necesario más que nunca volver a los sonidos primarios, creadores y pacificadores que aseguran la buena vida en la Tierra con la naturaleza, las esferas divinas y los demás.
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