En la serie de grabaciones del nuevo formato dúo con Orquesta Roland, la segunda gran obra de Tchaikovsky que se ha interpretado después de la sexta sinfonía es la Cuarta. Tras conocer lo novedoso de las combinaciones sonoras surgidas del nuevo formato creado, los oyentes tienen la oportunidad de aprehender nuevas imágenes e interpretaciones conceptuales, aparte de la original. En el repertorio de Juan de San Grial constituye una piedra angular la consideración de los hitos históricos en la esfera musical, es decir, se interpreta el significado simbólico e ideológico que tuvo la obra para la historia de la música mundial y la cultura rusa en este caso.
Cabe destacar que los paradigmas musicológicos estándar acerca de la creación de Tchaikovsky, basados en las obras de eminentes críticos, junto con las citas guardadas de las cartas del compositor (diciendo que por ahí gravita cualquier hado, etc.), en la presente interpretación, están puestos en duda de antemano y rechazados. Abriéndose, en cambio, las puertas a un nuevo mensaje genuino; a un bondadoso evangelio musical actual. Ya que hay una coherencia reciproca entre la esfera del compositor (Tchaikovsky) y los principios espirituales del intérprete y su escuela (Juan de San Grial): en la creación del genio ruso quedan subrayadas y destacadas otras líneas de imágenes conceptuales que nunca antes atrajeron la atención a los investigadores e intérpretes. Para Juan de San Grial, hoy la música de la Cuarta sinfonía es interesante sobre todo como: a) una apertura del arquetipo; b) una superación de la fatalidad, incluso el miedo a la muerte y al mal predominante; c) un lenguaje del Buen univérsum; d) el despertar de Rusia y de todo el mundo.
Por todo ello, esta nueva aproximación conceptual, influye notablemente en la manera de tratar el material musical: a veces se cambia las indicaciones del tempo, el carácter del fraseo y la correlación de los segmentos de la forma, igual que sucede en los enfoques individuales adoptados por los directores de orquesta. Este tipo de acercamiento revolucionario ya se manifestó en la expresión musical de varios partidarios de la interpretación predominantemente espiritual, viva o conceptualmente arquetípica como las versiones de Sergiu Celibidache o el caso de María Yúdina, cuando le llamaban la atención por tocar una partitura a cuatro piano en vez de la escrita tradicionalmente a cuatro forte, ella contestó de manera genial: —¡AHORA ESTAMOS EN GUERRA!). Es decir, la música en la escuela de Juan de San Grial surge desde el interior del intérprete escuchando la esfera arquetípica del compositor original que trata de sonorizar para los oyentes un mensaje actual importante o profético, siendo la técnica, la partitura o los instrumentos un medio de expresión secundario.
Normalmente en la interpretación del mensaje histórico-musicológico, la cuarta Sinfonía se entiende como el enfrentamiento de “lo humano con la fuerza del destino-hado inflexible”. Esta es una idea beethoveniana. Tchaikovsky incluso reconoció la influencia de la Quinta sinfonía de Beethoven hasta en su correspondencia. Pero el héroe Beethoven es un titano-luchador y Tchaikovski en cambio, expresa a un hombre vivo que sufre bajo los golpes de la vida buscando una salida; tratando de olvidarse en los recuerdos, ensueños, escapar de la soledad y de los pensamientos molestos y encontrando consuelo en un alegramiento popular (encuentro cordial con los prójimos). La cuarta parte de la obra, en este caso, significaría el último choque con el hado y la salida de la crisis. “¡Ve al pueblo y mira como él sabe alegrarse!”, etc. (aquí Tchaikovsky reinterpreta la canción típica popular rusa: “En el campo había un abedul”)
Sin embargo, en la grabación que se les ha presentadado, los conceptos tradicionales y conocidos ya no tienen su reflejo directo y son apartadas al segundo plano. Por ejemplo, en la actualidad pierden importancia, sea la concepción heredada del “legado de Beethoven” (donde la sinfonía aparece como el primer drama psicológico en la historia de la música rusa, con el tema del hado, así citado en Wikipedia), o sea la que cataloga a Tchaikovsky al “estilo de los romanticos” que persiguen ante todo una naturaleza emocional de la expresión artística personal (las lecciones por la televisión de Leonard Bernstein, etc.).
En esta interpretación musical, a través del prisma de Juan de San Grial, se contempla las circunstancias privadas del momento histórico de la gestación de la obra y se elevan a la situación vital omnihumana meta-temporal — la profunda crisis social en Rusia, el estado de guerra, incluso las serias conmociones que Tchaikovsky vivió a nivel personal al escribir sus primeras obras sagradas y al acabar sus obras maestras centrales, el fracaso en su matrimonio y el hecho de buscar patrocinios y vías creativas nuevas. Todas ellas son también circunstancias aplicables a nuestra vida actual, vinculadas con la crisis mundial existente, la situación global de tensión social, la amenaza de la vida, la inadecuación en las esferas mediáticas y sociales y a veces el estado desesperado en el que se encuentran grupos enteros de la población, entre ellos las profesiones artísticas, etc.
Tras coparticipar en la actividad musical de Juan de San Grial, dedicada plenamente al ideal de la victoria del bien universal sobre el mal y del despertar de la consciencia arquetípica, invitamos a nuestros queridos oyentes a dar la bienvenida a esta nueva lectura de la sinfonía con vuestros comentarios cordiales y vuestra sincera participación. Agradecemos.
Equipo de edición musical
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