Hoy quiero destacar a María João Pires, pianista y pedagoga musical portuguesa reconocida por su delicadeza en la expresión musical, su calidad humana y apertura a las esferas espirituales estéticas, tales como la bondad, la unión y la fraternidad (sus numerosos esfuerzos a lo largo de su carrera y proyectos trataron no solo de acercar la música al público sino unir distintos ámbitos y profesiones). De espíritu fuerte y rebelde, Pires destaca la importancia de la conexión espiritual en el arte, algo completamente ausente hoy en día. Esta sensación que la acompaña internamente, de la música viva, no de este mundo, la ha convertido en una «outsider» toda su vida.
Estoy convencida de que si no establecemos conexiones fuertes con otras generaciones, te secas. Debes conocer lo que se hacía antes de ti y lo que viene detrás. Hablo de transmisiones espirituales, de esa herencia. ¿Qué me legaron mis abuelos, mis padres, mis maestros, y qué recibieron ellos de mí a su vez? Ellos dan muchísimo.
En esta entrevista, ya hace 8 años, Pires destacaba cómo la música es la solución a los problemas que afrontamos en estos tiempos, no tanto el COVID y los problemas socio-politicos, sino la perdida de valores, en especial la ética. Es interesante como sitúa la ética en el filo de la cuestión : hemos perdido la capacidad de distinguir lo estético; cuando un maniquí reemplaza el matrimonio, un ordenador compone una sinfonía, o un robot sirve la cena y sobretodo como gran amante de los niños y pedagoga excelente nos pregunta acerca de qué enseñamos a las nuevas generaciones, ¿A vivir en un mundo virtual?.
Los pianistas geniales como Pires nos invita a conocer la música desde otro ángulo, otra visión, mas próxima a la cultura minnessng – olvidada por la humanidad-, la música del pueblo, de la buena gente.
Ella nos dice que tenemos que estar abiertos a un cambio de paradigma que transforme a todas las personas y no a unos pocos. El músico es ante todo un genial pensador, y ella lo demuestra en esta entrevista reflexionando sobre la genialidad de Chopin, Beethoven, Mozart como promotores de un cambio de conciencia y valores.
Esta preparación para una nueva vida, conciencia y cultura social en la humanidad, es lo que los minnesinguers trataban de hacer ya en la edad media y lo que hoy la escuela musical minnesang tiene como objetivo prioritario. Es así como, el arte se convierte en el instrumento principal de transformación de la vida.
Comparto con vosotros un fragmento de la entrevista realizada por Agata Mierzejewska y publicado en el canal youtube del Instituto Fryderyk Chopin. Para ver la entrevista completa click aquí:
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