Sonata n.º 7
In manus tuas, Domine, commendo spiritum meum! –
¡Padre, en Tus manos entrego mi espíritu!
El Cristo de la Séptima Sonata regresa al buen Padre, a las Alcobas nupciales, a la casa paterna, para atraer hacia ella a infinidad de mártires de la Tierra. A los que podrán decir:
—Padre, Tú y yo por fin somos uno.
En el Tálamo nupcial estamos dos.
¡Oh, Adorado, oh! ¡Bienaventurado es el que en el desierto mundial no se separa de Ti y la gracia de lo pasional ha aprendido! Merece el mejor de los mejores destinos.
El séptimo misterio es precisamente el misterio del Aposento Nupcial. La unión completa con el Padre, formando un todo. El regreso de cada alma al Padre amante.
La música que suena sobre el Segundo Gólgota. La paz total. El alma se sosiega en los bracitos del Padre.
Para poder interpretarlo, es necesario conocer al Padre. Aquí tenemos a un Padre diferente : no es el padrastro Yaldabaot, sino el Padre de Cristo, bondadoso, el que acoge en sus brazos a cada una de las almas mártires.
Parecería que el oratorio está destinado para su interpretación en conciertos… pero es muy íntimo. Contiene un drama interior profundo. Al compositor no le era fácil trabajar sobre el oratorio. Para poder escribir música de este género, se requiere una hazaña, rechazar completamente el orden de este mundo. El mundo es otro: el del Gólgota. El universo es otro: el del Aposento Nupcial.
Es complicado comentarlo. Se han de rechazar los patrones religiosos, las desgastadas imágenes romano-bizantinas, los hologramas escolásticos que no tienen nada en común con la espiritualidad. Hay que quebrantar la mentalidad de la sinagoga reformada.
El oratorio Los siete clamores desde la cruz se asemeja a mi libro Solovkí, el Segundo Gólgota. Todo el concepto de la obra contradice totalmente al mitologema romano. En concreto la última parte: “Padre mío, en tus manos entrego mi espíritu”.
¡Haydn tuvo la valentía de mostrar la alegría de la cruz! Roma dice que en el estado pasional no debe haber alegría alguna, sino solo sufrimiento. Oscuridad, situación sin salida, pena, pena, pena… ¡Al contrario, en la música de Haydn hay una mar de luz, una grandísima iluminación!
Cristo en el Gólgota vio el Aposento Nupcial y experimentó la cumbre del consolaméntum, el consuelo de los consuelos.
Es la nueva imagen del altar. ¡El altar del santo Grial es el Aposento Nupcial!
Comentarios de Juan de San Grial sobre la Sonata VII, del libro Crescendo del Bien.
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