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Fenómeno universal de los trovadores y minnesingueres.

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abril 23, 2024

Textos compilados de los dos volúmenes “Piano como Orfeón” de Juan de San Grial

  1. Quienes son los trovadores y minnesingueres
  2. La importancia del concepto y la fuente de inspiración.
  3. Sobre la interpretación
  4. Caballeros consagrados a la “Dama Hermosa” (Sofia)
  5. Sobre la historia de los minnesingueres

 

  1. El Minnesang

El minnesang significa el cantar de Minné. El símbolo de Minné es una pastora que canta o toca una melodía maravillosa con la dulzaina para sus ovejitas hermosas. ¡El amor extralimitado con la milagrosa ingenuidad! El minnesang no implica solo a los minnesíngeres. El canto, la poesía, los bardos, el peregrinaje, la pintura y todos los géneros del arte y del camino espiritual en general son minnesang, el modelado:

“Minné es el reino del amor eterno. ¿¡Qué muerte puede existir!? Solo una provocación miserable para una unión siempre más estrecha. ¡He aquí el consolaméntum de Mozart, su constante! ¡Así de grande es Mozart! ¡No puede vivir de otra forma si no es alcanzando la altura del minnesang!”

Los minnesíngeres, cuando les preguntaban:

  • “¿¡por qué recurrís al lenguaje de la música, siendo tan altas vuestras prédicas!?”, respondían:
  • Hemos conocido aquel amor que no es posible expresar con palabras, ya que no existe en la Tierra. ¡Solo a través de la música podemos predicar sobre este amor!”.

¡El alma debe cantar! Y cantar solo algo loco, lo que se ha revelado de repente como realidad. La gran verdad transcendental debe abarcar al hombre hasta obsesionarlo. ¡Entonces empieza a cantar por ser feliz, transmitiendo a los demás su alegría desbordante!

Los trovadores se originaron en sur de Francia y en el norte español, Catalunya. En el siglo XII a los trobadores se les ubicaba en la Provenza, en occitania, era un área bastante extensa que cubría ambos países (España y Francia), aunque desde luego, ellos no entendían de fronteras y áreas físicos sino más bien de conceptos espirituales universales.  La palabra trovar en occitano significa encontrar, en francés se usaba trouvers, en Alemania minnesingers, en Inglaterra juglares, etc. ‘Trovadores’ no viene de trompeta sino de trovar, buscar lo divino. Todos compartían estos tres elementos, independientemente de que lugar del planeta surgían:

  1. Estaban en busca de las perlas escondidas, perdidas, tergiversadas, buscaban hallar lo más sublime y elevado, la misma divinidad. Sabiendo que en este mundo no es fácil de encontrarlas, se alejaban del orden mundano (en valores, espíritu y estilo de vida aunque físicamente podían permanecer en la ciudad) con la esperanza de traer estas perlas precisamente para enriquecerlo y llevarlo de vuelta al orden celestial. La perla de las perlas o madreperla era Madre Divina ya que a Ella es la fuente de todos los tesoros. A menudo esta búsqueda implicaba grandes luchas tanto interiores como exteriores. Contra el si mismo de ayer que se conforma con “lo dado”, o el pasado y contra las imágenes deformantes, conformistas y denigrantes de este mundo.

  2. No solo buscaban ( a través de la metanoia, búsqueda incesante de cambio interior, diálogo con otras religiones, culturas, personas, perspectivas…) sino que hallaban. Uno de los rasgos principales de un trovador es que está guiado. No solo esta inspirado, tiene talento o está enamorado de la vida, sino que esta literalmente guiado desde los cielos para ser pionero, guía, pastor, ejemplo y poder llevar a otros hacia lo que ellos han encontrado (a lo que les han sido dado, en lo que han sido iniciados misteriosamente). La Sabiduría Divina escoge a los potencialmente preparados para las luchas espirituales y les concede grandes dones, regalos y revelaciones por la fidelidad reciproca hacia Ella (el amor por la pureza, bondad, paz, amor y el servicio desinteresado). Ellos se convierten en custodios de los tesoros, del Grial, templarios de la paz, guardianes impecables.

  3. Después de buscar y encontrar perlas, van a dar generosamente y abrir los tesoros para todos aquellos que lo necesitan: sufrientes, buscadores, estudiantes, aristócratas benévolos y promotores de la buena cultura.Es una gran mentira decir que ellos eran servidores de la corte alta que buscaban como entretener la aristocracia o representaban dramas románticos para los reyes. El principal objetivo de sus cantos era introducir a las almas en el orden espiritual eterno, donde no hay mal, mentiras y deformación. De modo que el consolamentum, el traer la paz y la alegría se convertía en el sello distintivo de los trovadores. La presencia de la Diosa Madre en lo interior es el tesoro de los tesoros, como hijos suyos ellos buscaban multiplicar su presencia por toda la Tierra.

          Los minnesíngeres y trovadores eran cantantes sobre el Buen Dios- Buena Madre, no tanto con palabras como con instrumentos de bondad, los BONÓFONOS celestiales, que abrían la esfera de la Montaña del Ruiseñor, perdida hacía tiempo. Con la música, con el derramamiento del bien, traían una espiritualidad contraria a la de los teólogos y templos: el sol del bonocentrismo (la bondad en el centro de la existencia), protegiendo a la gente del malocentrismo romano. Bajo el efecto de la música bondadosa, se curaban miles. ¡Los oyentes se transfiguraban a ojos vista! Sus rostros se volvían bondadosos. El mal se volatilizaba. El ser humano hacía su elección a favor del bien. Los instrumentos transmitían lo que no podía ser expresado con palabras. La cuaternidad del Univérsum —sabiduría, amor, bondad, pureza— fue expresada con ayuda de las vibraciones musicales. Por eso los menestriles terminaban su prédica con música.

        Los trovadores eran cantores de la virginidad eterna y vivían en perfecta pureza. Los mayores secretos del Univerusm les fueron revelados. Dominaban muchas ciencias, artes y oficios, sabían hilar, coser y mucho más. Eran excelentes jinetes… El fenómeno trovadoresco era una especie de cultura, toda una civilización con su propia contemplación, visión de lo Divino. Los trovadores son los heraldos de la civilización de las vírgenes y los poetas. A diferencia de los fariseos, los trovadores (buscadores) son los hermanos y hermanas más puros. Su mundo, el universo de su fe, el amor asombroso por el hombre y los ojos luminosos conquistaron a todos. Cuando el trovador tocaba un instrumento musical, comenzaba a cantar, componía poemas, comenzaba a bailar, narraba sobre la Deidad, la gente escuchaba durante horas. Salían del tiempo – entraron en ser…

  1. Comprendieron que era necesario hacer esfuerzos metanoicos para adquirir la virginidad, que no está en el orden de este mundo.

  2. Sabían que hacía falta meliomentum : constantemente algo más que ayer, una búsqueda incesante.

  3. ‘Salían al encuentro’ – estaban en diálogo con lo Divino, lo veían (en el corazón y el en prójimo vivo) y lo conocían.

        La ingenuidad es exclusivamente importante para poder transmitir las vibraciones celestiales. Los hombres antes eran muy simples. Al hombre no le interesaban ‘los cauces paralelos’, no tenía pensamientos ni segundas intenciones. ¡El hombre era admirablemente puro y transparente! Actualmente muchos músicos tratan de expresar lirismo, drama. Resulta una trivialidad. No se ha de hablar del ‘carácter lírico-dramático’ de la música, sino de la dulzaina pastoril arquetípica, de la ingenuidad que trasluce maravillosamente y que fue propia de las personas no conocedoras del mal. ¡He aquí la entonación más preciosa! Los dadaístas franceses trataban de hacerse más sencillos yendo a los pueblos. Además del sí mismo vetusto, hay que cancelar también la vieja civilización agonizante con sus mezclas explosivas: ¡entrar en las vibraciones de una civilización diferente!.

¡LA MÚSICA NO NECESITA TRADUCCIÓN NI ADAPTACIÓN!  Cualquier palabra está limitada por la esfera del idioma. Entonces el éter verbal sigue siendo de cámara, incluso si vivís en un país de cien millones de habitantes. La música, al contrario, se transmite simultáneamente a miles de mundos.

En la música Minnesang se traslada del homo sapiens al hombreuniverso. Si tenéis un gran corazón y habláis sobre las categorías entendibles por civilizaciones que quizás son mil veces más perfectas que la nuestra, van a escucharos, puesto que habéis tocado las vibraciones supremas del superante amor Minné (minnesínger, minnecantor) y de la superante bondad (bonhome, buena gente).

  1. Fuente de Inspiración – conceptualidad – sobreiluminación

        Beethoven decía que “la música es una revelación más alta que toda la sabiduría y la filosofía”. Pero igualmente la música sin concepto y sabiduría tampoco tiene mucho que decir. La tragedia de los músicos consiste en que tocan sin concepto. Y la gente vive sin concepto (revelación de una nueva idea).  El hombre debe conocer su objetivo final: dónde se encuentra, adónde va, qué le espera… El objetivo de los minnesingueres es poder indicarlo, darlo como una revelación, responder preguntas vitales y dar buen sentido a la existencia.

La música transmite lo que no es posible expresar con palabras. Siendo lenguaje de los castillos interiores, la música no está sometida al remodelado de adaptación. Es fácil tergiversar la palabra. Es fácil marearle a la gente la cabeza con palabras… Pero la música, si su esfera es adecuada, ¡es vencedora! Solo tras entrar en la música (interpretándola o escuchándola) es posible comprender que el consolaméntum es un secreto que las palabras no pueden expresar

Una vez se llega al hombre, una vez empieza la revelación de la música, su sonido en los castillos interiores, el pianista se hace coautor. He aquí la musicología del tercer milenio.  ¡La espiritualidad no es un ritual, sino la revelación constante del espíritu y el conocimiento de la bondad!

Los minnesíngeres no se iniciaban tanto en la técnica como en los secretos de minné

       Los minnesíngeres estudiaban durante 15 años; más que iniciarse en la técnica se iniciaban en los secretos de minné. A partir de su propia experiencia, concebían que existe un amor que no puede ser expresado con palabras; que la música debe salir desde dentro, para que la ventana auditiva un día se despierte y empiece a sonar: de este modo los demás podrán escuchar la música de los castillos interiores.

Tras alcanzar lo máximo en la técnica musical y la producción del sonido…  hay que trabajar luego en abrir el potencial del corazón! El futuro del arte depende directamente del univérsum de la espiritualidad, del grado en que esté abierto el corazón, cuán lleno esté de amor superior por la humanidad! Se debe vivir con una rica vida interior, tener algo que decir a la gente. Un pintor, un músico, un poeta debe estar repleto de amor. ¡Sus conceptos deben sorprender!

La música es un mensaje, pero el mensaje es un don del Espíritu Claro. Son pensamientos deslumbrantes de lo alto que se quiere transmitir a través de la música a la gente. ¡Para el músico es necesaria una vida espiritual rica! Es necesario el intelecto, la razón, la búsqueda. Al ponerte al instrumento, se debe estar rebosante de deseo, de decir algo importante (!!)… entonces la música empezará a sonar. La música es también un discurso, el logos. ¡Debe hablar! La musicología es el logos de la Divinidad manifestado musicalmente. El logos que se revela siempre tiene un mensaje. Es un evangelion, un pregón, la transmisión de un misterio superior. El mensaje elevado y el conocimiento único forman el secreto del minnesang.

¡Toda la vida es un milagro continuo! Con este milagro se ha de contagiar el auditorio. ¿Qué diferencia hay entre un minnesínger y un simple músico? Los minnesíngeres difundían un buen mensaje, es decir tenían algo que contar. ¡Es necesario estar repleto de mensaje!

Escuela actual del Minnesang

        Hoy somos los únicos en el mundo que tocamos la música de Minné. Precisamente esta música, la nueva escuela, atraerá a gente y realizará una revolución musical de Minné: la revolución espiritual a través de la música. ¿Por qué los grandes minnitas se hacían cantores, laudistas, minnesíngeres, menestriles? ¡Porque era el modo de expresión más adecuado para la espiritualidad que prácticamente no se expresa con palabras! Por mucho que digas ‘el amor superante’, el auditorio seguirá pestañeando: “¿Eso qué es?”. La esfera de Minné es inaccesible a través de discursos basados en argumentos lógicos, es inconcebible por la mente. La música posibilita iniciarse vibracionalmente en las esferas, pero debe realizarse el misterio de la iniciación .

El compositor, como un hierofante, maestro y perfectus, inicia a su alumno-aprendiz en misterios superiores y lo hace pasar por una escalera hacia la cumbre de la maestría. De este modo actúa el maestro verdadero. El compositor genial es guiado por su modo de ver . Sobre todo, sonoriza su mundo interior. El intérprete no necesita sonorizar las notas, sino transmitir la espiritualidad del compositor ( su esencia, ideas principales, melodía…): en qué pensó el autor, qué experimentó y qué escuchó. El intérprete se hace coautor El intérprete debe descubrir la música, sobre todo para sí mismo. Entonces se revelará a los demás. Si la música es percibida como algo ordinario y evidente (“pulsa teclas y toca lo que quieras”), el oyente no podrá entrar en ella

¡UNA RELACIÓN CON LA MÚSICA FIJADA EN LA TÉCNICA ES EL TIPO DE RELACIÓN QUE ESTABLECE UN VERDUGO ! La inquisición musical, la decapitación del compositor sobre un patíbulo musical. Es necesario descubrir la música y entrar en ella. Y solo cuando el intérprete se hace coautor (¡al entrar, nos hacemos co-autores!), tiene derecho a invitar a los oyentes, para que también se hagan coautores.

¿Qué son las notas? Una objetivación, una materialización del tiempo y del espacio. ¡Es importante transmitir no el mundo objetivado, sino el mundo original del sujeto, tal y como todo se creó! Desde ese mundo solo puede tocar un minnecantor. Entonces hace falta una escuela de minnesang: la escuela de Minné, el minnesang orfeónico.

  1. Sobre interpretación

        Tocar de memoria es una conversación en ausencia, como por un móvil o skype.  El hombre es como una partitura: suena, vibra, personifica un cierto símbolo encarnado en el cuerpo físico y la razón… Un misterio que necesita ser sonorizado, una armonía que todavía tiene que ser escuchada. Es necesario saber leer música como lees la divinidad en el hombre: tras mirar al mismo tiempo a través de él, contemplando lo que está detrás. Pero es necesaria la plenitud del mundo interior, la pureza de los afectos. El intérprete debe ser llenado interiormente para poder empezar a hablar.

Tocar con partitura es más alto que tocar sin ella. Tocar de memoria es como andar a ciegas. Vas y no ves el camino. Los músicos aprenden cómo caminar a ciegas. Se puede educar incluso al ciego cómo caminar por intuición, ¡pero qué tensión hay! Tocar con partitura es andar con los ojos abiertos y disfrutar el mundo de alrededor.

Lo principal es (¡paradójicamente!) VIENDO LA PARTITURA NO VER LA PARTITURA . No tocar , sino sonorizar desde dentro. No es suficiente con ver una nota con los ojos y materializarla en su versión de teclas y cuerdas. ¡No tiene que haber un proceso automático! Al ver la nota también hay que escucharla . Si evadís la etapa de escuchar, si el oído vibratorio interior no funciona, no tocaréis las cuerdas del corazón. ¡Una nota no es más que un modo de sonorizar lo que debe sonar eternamente! Si se recuerda esto, cualquier instrumento —desde un caramillo sencillo hasta el piano— se convierte en la lira de Orfeo. No tocar solo con los ojos y las manos. Es importante tener el oído abierto, agudizado. No simplemente ‘oír’, sino escuchar con el corazón. El corazón debe estar lleno de la grandeza de las largas notas arquetípicas: la bondad arquetípica, el amor, la victoria en lo pasional.

Los aspectos de la interpretación son:

1) La visión espiritual. No simplemente ver, sino ver claramente la música. El intérprete es aquel que ve claramente lo que está detrás de la nota.

2) El oído espiritual. Escuchar la nota con el oído interior abierto y sonorizarla en las cámaras acústicas celestiales, después de lo cual

3) Es obligatorio encontrar un concepto. Cuando las condiciones enumeradas se cumplen, empieza a sonar la música de corazón. Basta que falte una sola cosa, no habrá música: sino una ejecución mecánica. Igual que existe la teología escolar (la catequesis) y la espiritual (la de los ancianos, escuela viva), asimismo existe la interpretación escolar (literal, textual) y la de los ancianos. Nosotros hablamos de la escuela de piano de los ancianos.

LA MÚSICA EMPIEZA CON UN PENSAMIENTO Y TERMINA CON UN PENSAMIENTO . Siempre el buen mensaje. Así como la gente conmovida por una idea la expande y convierte a otras personas, igual tiene que apostolar un músico.

¡La música no es ‘un cuadro’, sino un profundo pensamiento arquetípico ‘expresado’ en sonidos, hondamente personal y omnihumano a la vez. Si se quiere conseguir una interpretación verdaderamente auténtica, se tiene que superar la cáscara del personalismo. No es suficiente tener amor personal, bondad personal y simpatía personal. ¡Pilares tales como Mozart y Beethoven requieren una escala mundial! El verdadero músico piensa con sonidos , leyendo la partitura lee una idea. La partitura tiene que dar la misma impresión que darían unos apuntes verbales: cuando es leída, ha de sonar en los castillos del corazón. Hay que saber escuchar la partitura con el oído interno. ¡Suprimir la ratio! Música = pensamiento fuera de la racionalidad . El pensamiento es arquetípico por naturaleza (suprapersonal), y los arquetipos se reducen al amor empíreo que emana del Padre. Por eso la música, de una manera u otra, se remonta al minnesang: el conocimiento de minné y su corporeización mediante la esfera musical. Los fallos, errores, descarríos… surgen solo cuando no se conoce a Minné como Divinidad.  Valdría la pena vivir una vida solo para conocer lo que digo

Sobre las esferas

        El momento de entrar en la esfera lo define todo ¡La entrada es lo más importante! ¡El momento de entrar lo define todo! La entrada del alma a la Tierra define su vida y su destino. Lo contrario son los esquemas y patrones… y el patrón es una guillotina, un cadalso y una hoz.

Mozart dio a entender que existe una cierta ley armónica que conocieron los minnesíngeres: EN LA MÚSICA SE PUEDE INTRODUCIR SUFRIMIENTO, PERO ENSEGUIDA DEBE HABER UN CONSUELO . La música no puede ser trágica: ¡esta es la mentalidad de la buena gente! Haydn y Mozart prácticamente no introducen el elemento de lo pasional. Pero tampoco sus bienaventuranzas son tan profundas como las de Beethoven. Beethoven ilustró la ley de lo pasional: cuánto mayor es el sufrimiento, más plenas son las beatitudes. ¡Por un dolor desbordante esperan beatitudes desbordantes!

Existe cierto gran misterio que solo lo puede revelar un minnesínger, el alto iniciado: EL HOMBRE HA SIDO ENGENDRADO PARA EL AMOR SUPREMO SUPREMO. La tarea del músico es alcanzar a todo coste el triunfo, precisamente mínnico, sobre la muerte, sobre la enfermedad… sobre todo aquello que causó el remodelado de adaptación del hombre y provocó nuestra caída en el orden de la lujuria, del mal, del pecado, etc..

La pureza virginal como condición del amor Minné

Solo la virginidad puede expresar el amor verdadero. LA MÚSICA SUENA DE MANERA ADECUADA CUANDO TRAE UN GRAN CONSUELO. Hay que escuchar la música en la eternidad. La música del amor eterno. El amor que pasa a la eternidad… Los tradicionalistas dicen de manera pecadocéntrica: “¿Virginales? Entonces tienen que ser monjes…”. ¡Nada ni parecido! Los minnesingueres dan el voto de pureza solo para poder entrar en el amor celestial. Si no, ¿para qué hace falta la pureza? Solo la virginidad puede expresar el amor verdadero . No el amor hacia una persona concreta (la mujer hacia un hombre, el hombre hacia una mujer), sino el celeste amor-minné. O incluso el amor humano, pero el que llega a la eternidad: un protoideal, un canto de cisne…

  1. Caballeros consagrados a la Dama Hermosa

        Sobre Beethoven se escribe que intentó casarse, que mantenía correspondencia con baronesas y condesas y que había dedicado su ciclo An die ferne Geliebte (A la bienamada lejana) a una de ellas… ¡Qué absurdo! ¡La Bienamada Lejana es la Dama Hermosa, que para los minnesingueres representaba a nivel espiritual y físico la “Gran Iglesia del amor”, es decir el gran concilio de la buena gente, la reunión de lo puros. ! ¡He aquí aquella amada a la que canta el caballero y aquel amado al que canta la dama! 

La bienamada para los varones-caballeros, el bienamado para las damas: son dos hipóstasis de la Gran Iglesia del Amor. Cuando sus tres caballeros —Mozart, Beethoven y Haydn— escuchan la voz de la Bienamada Celeste, los llena un gran amor y lloran de felicidad….  Hay muchas cosas que se atribuyen a Mozart y Beethoven: masonería, locura… ¡Pero la clave y el misterio radican en que ante nosotros tenemos a caballeros del minnesang ! Los tres —Haydn, Mozart y Beethoven— se encontraban bajo la influencia de los minnesíngeres y crearon la música de Minné (¡odiada por Roma!). Un siglo y medio después de la exterminación del minnesang y del catarismo, ¡el sol del amor de Minné volvió a manifestarse en los tres genios musicales! Por mucho que persigan a Minné, es imposible echarla de la faz de la Tierra mientras en una barraca terrenal del Gulag suene un adagio mozartiano

Minné inspira. Minné vence a los fantasmas del orden mundial caído. El que no tuvo contacto con Minné es infeliz, está atascado en la cloaca del mundo (aunque siempre hay un rayito de esperanza)… El hombre sin Minné no es nada. ¿Beethoven? — ¡No es nada sin Minné! ¿Padre Juan? — ¡No es nada sin Minné! Precisamente eso es el minnismo.

  1. La historia de los minnesangs se escribe en los corazones no en los anales oficiales

        Los minnesíngeres de los siglos XV-XVI (herederos directos de los cátaros, bonshomes y bogomilos) alababan el amor sobrecelestial y traían el consolaméntum a la humanidad. Posteriormente, los católicos tergiversaron la idea del consolaméntum cátaro, lo redujeron a la recitación del pater noster sobre un moribundo, la imposición de manos y la extremaunción. ¡Pero siendo espirituales, los perfecti cátaros rechazaban el ritual. El secreto del minnesang es que su música introduce en esferas supramundiales y el alma desea discurrirlas una vez sonorizadas.

 En el siglo XVII, Roma se puso como objetivo la erradicación del minnesang. Los inquisidores comprendieron que no bastaba con destruir a los minnesíngeres físicamente: la tradición continuaba a pesar de la total exterminación de sus portadores. Entonces fue creado el Comité de Censura Musical. Los tres clásicos vieneses son geniales: flores divinas, una ciudad jardín espiritual. Pero alrededor de ellos hubo centenas y miles de compositores geniales que fueron literalmente borrados por Roma.

Si la humanidad llegara a saber qué cantidad de música genial fue prohibida por Roma, ¡se desharía en lágrimas! ¡Cómo se enriquecería el cofrecito musical de ciprés, si Haydn no hubiera sido envenenado cuatro veces, si Mozart no hubiese sido envenenado, si no hubiese sido envenenado Beethoven! ¡Cuántas obras más hubiesen escrito!… El genio suele buscar hasta llegar a los arquetipos borrados

En el siglo XVI, en Europa, la Inquisición aniquiló a los últimos buenos hombres: juglares, minnesíngeres, kobzares, guslistas, salteristas… ¡Desde entonces no deja de sonar un gran réquiem!  No han quedado ni menestriles ni instrumentos… ¡Pero la Sabiduría erigió la línea de los compositores mínnicos, que pudo expresar a minné con ayuda de violines, violonchelos, órganos y otros instrumentos bendecidos por Roma, con los cuales era necesario hacer lo imposible para llegar a expresar lo inexpresable! Bach, Haydn, Mozart, Beethoven y Tchaikovsky permanecerán como soles musicales que no se ponen, incluso cuando la 84ª civilización llegue a su fin. ¡El univérsum de la bachiana, la mozartiana y la beethoveniana se remonta a Hiperbórea! Estos cinco grandes genios mínnicos pagaron con su vida precisamente por la violación de la prohibición contra minné, impuesta por el neorabinato romano. Los cinco fueron minnecantores. Se sabe que Bach perteneció a una familia de minnesíngeres de más de siete generaciones (desde el siglo XVI). 

Dios llega a ser conocido a través de una revelación. De modo inmediato. ¡No existe otra manera! Es imposible lograr el conocimiento de la Sabiduría a través de libros o dogmas, del pensamiento o experiencia ajena, aunque sea la de un gran ungido como Cristo. El interior de la Providencia es un aposento donde nacen los destinos y sinos de toda la Tierra.

El Padre, al enviarnos al mundo, nos concede un pasional que nos parece intolerable. Dolor, sufrimientos, enfermedades físicas al límite de lo soportable, hasta que a uno casi le invade el horror y está punto de caer… PRECISAMENTE TALES SON LOS ESTADOS ILIMITADOS EN LOS QUE SE REVELA LA B UENA P ROVIDENCIA DE LA MISERICORDIA DESBORDANTE . No puede revelarse de ninguna otra forma en el orden terrenal. La Tierra se encuentra en estado de degradación y para las almas no purificadas, la misericordia serviría de tentación. ¡En realidad, el pasional ha sido escrupulosamente calculado en su profundidad misteriosa! No tiene nada más que amor, compasión, pureza, cuidado y bondad. ¡La cocina interior de la Providencia es una multipolaridad, mil quinientas irisaciones!

El minnesang ha sido aniquilado en todos los países, incluso en Rusia. En el siglo XVII, el malvado Nikon ordenó ejecutar a todos los músicos populares. ¡Mataron a medio millón en un año! En 1934, en Ucrania, fueron exterminados todos los kobzares , aquellos que difundían la música del Dios de amor, a quienes el pueblo adoraba, los herederos de la tradición medieval del minnesang de la Sich de Zaporozhia. Los reunieron bajo pretexto de celebrar una ‘asamblea’ y los fusilaron a todos, hasta el último —500 antorchas, de un golpe—, solo porque la música de los kobzares portaba un componente mínnico, las vibraciones arquetípicas del pueblo, a las que las autoridades temían como al fuego…

Pintan a los minnesíngeres como comediantes. ¡Nada de eso! Los trovadores, los bardos, los menestriles y los cálicas eran gente de la más seria, que enseñaba: “¡Dios es amor!”. Empezaban predicando sobre minné y después introducían el minnesang, el canto del amor que no puede ser expresado con palabras. El amor empíreo, que une y salva a la humanidad, se expresaba en la música. ¡He aquí cómo hay que tocar!

La música elevadísima de los minnesíngeres y los menestriles fue declarada por los ortodoxos herética, hostil, pagana —y fue suprimida con una crueldad sin precedentes. En el fuego furioso de la Inquisición romano-bizantina salieron volando pergaminos musicales de obras genialísimas. A las llamas devoradoras de la hoguera también fueron tirados instrumentos musicales: guslis, arpas, domras, balalaikas, armónicas, dulzainas y flautas, declaradas como diabólicas. Y después de estos, los mismos ilustres artistas: los menestriles, los yuródivos, los escomorojes, los bardos del pueblo, los poetas y los liristas.

 La ortodoxia, en realidad, quitó la música arquetípica al gran pueblo bogomilo, la cual era una de las principales fuentes del contenido espiritual de su vida. Desde tiempos inmemoriales la música acompañó la vida de los bogomilos: todo el día sonaban las canciones del pueblo y numerosos instrumentos musicales, no cesaban los corros, las danzas y los bailes

¿De dónde procede la profundísima crisis de la cultura mundial? Su fuente es Roma, quien llevó a la muerte el minnesang. En Alemania y Austria, un comité semejante fue encabezado por Salieri. Él personalmente denunció a Roma que Mozart era un minnita. ¡La música de Minné que habían aniquilado en el siglo XVII, apareció de nuevo en el XVIII! Beethoven se quedó sordo 10 años después de la muerte de Mozart por la misma causa: como consecuencia de un envenenamiento. Noventa años después fue envenenado Tchaikovsky.

 El consistorio romano consideraba a los menestriles como a sus enemigos n.º 1. ¡No es sorprendente! Minné suprime a Roma y destrona la doctrina romana (‘el hombre es malo, dios es distante, hay que acordarse del juicio y de los pecados’). ¡Minné es contraria al judeo-cristianismo y destruye los patrones del yaldabaotismo!

La prédica de Minné: “Los hombres sois hermanos. Entrad en el amor, y vuestros pecados se quemarán. Conoced la pureza, ¡y la lujuria retrocederá!”. Si existe Minné, los popes no son necesarios. Deja de ser actual el tridente podrido del pecadocentrismo-falocentrismo-hierocentrismo. ¡En lugar de él, el luminocentrismo, el cardiocentrismo y el sacerdocio del pueblo! El primer enemigo de Roma es el amor. ¡Por eso, para los músicos y compositores está prohibido incluso pensar en que el sentido de la música es traer el gran amor que une a los hombres en una sola familia!

Actualmente no hay Minné en el arte. Lo máximo permitido es decantar la belleza femenina. La lujuria es EL MAL , así mientras la humanidad alabe el pecado, serán necesarios los curas, las confesiones, los ritos…La música está hoy en día trágicamente menoscabada. El potencial del minnismo está manifestado en ella en el grado más insignificante. La tragedia de la civilización actual se debe al genocidio de los bardos-minnitas, ocultado criminalmente por la Iglesia (es casi el crimen más grave de la Inquisición).

¡Los bardos no eran ‘músicos de Bremen’ itinerantes, como en el cuento de los hermanos Grimm, sino ancianos espirituales! Los peregrinos-sabios cantantes adoraban la fuerza caballeresca, los arquetipos y eran caballeros errantes de Minné que lo primero que hacían, era abrir sus corazones, luego sus bocas, y solo después empezaban a ‘rasguear’ sus instrumentos musicales y entonar melodías encantadoras.

Desde el siglo XIII hasta el siglo XVI , más de la mitad (!) de la población de Europa (en particular, en los Balcanes y en los países eslavos) seguían a los minnitas. Los menestriles rusos, los cálicas andantes eran ante todo espirituales. Nunca empezaban con el canto. Abrían su boca con la prédica sobre el Padre más bondadoso, sobre la Madre, sobre los principios del univérsum. Y solo después, al conseguir hacer vibrar las cuerdas interiores de las personas, cantaban para ‘añadir aceite a la lamparilla’.

Por eso el modelo universal es: la espiritualidad que pasa a la musicalidad, la musicalidad que se disuelve en la espiritualidad. Los menestriles consiguieron conquistar las mentes de la gente con la idea del Buen Dios, de la existencia de las civilizaciones bondadosas, con la idea de la paz y la concordia común y con la música que fluía consolando con los arquetipos acústicos planetarios hiperbóreos. En el pueblo se les llamaba los ruiseñores cantores.

La bondad estaba en el cimiento de la existencia. El amor hacia la bondad, las voces de la bondad, la mentalidad bondadosa, la devoción a las buenas deidades, las ciencias bondadosas. Sin amor no hay vida, así decían ellos. El conocimiento más alto tropieza con el trono de Minné. Quien ha conocido a Minné, se hace bardo, incluso sin tener oído musical y sin plantearse componer alguna pieza en el futuro. Y al contrario, si su cetro no le ha tocado, las improvisaciones y los conciertos serán en vano. No serán más que miserables compilaciones de creatividad. ¡Acepta en tu corazón el rayo de Minné, y el antiguo huérfano e indigente se hará fabulosamente rico!

Enseñaban así: Minné es la madre de la sabiduría, la madre de la pureza, la madre de la bondad, la madre de la compasión, la madre de la vida en la Tierra. ¿Cómo puede el niño sin una madre bondadosa no llegar a ser un huérfano? Del mismo modo, la humanidad se ha hecho huérfana, al perder a su Madre Minné. Pues es ella quien alimenta con sus pezones imperecederos, con su leche celestial. Minné no es solamente la madre de las divinidades y de los humanos, sino la madre de todas las civilizaciones divinas, la Diosa del Univérsum que tiene 1500 nombres en los diferentes pueblos que la honran.

La jerarquía romano-bizantina, tanto en Occidente como en Oriente, inauguró una caza rencorosa contra los minnitas elevadísimos. En el siglo XVI en Rusia, por el edicto de Alexis I, exterminaron a los cálicas andantes, a los cantores del amor elevado, lo que convirtió la tierra rusa en un desierto espiritual. Sin embargo, ¡los arquetipos son indestructibles!

 De nuevo y otra vez más, al mundo vienen los Glinka, los Músorgski y los Tchaikovsky. Por mucho que intenten los actuales tecnólogos políticos de OVNI exterminar el arquetipo eslavo-teogámico de Rusia, todo es inútil. Cuanto más tratan de aniquilarlo, con más celo retoña. ¡Los minnitas, los minnesíngeres son inexterminables! ¡Llega EL SIGLO DEL MINNESANG ! Se acaba la rapacería y tonterías de los laureados y los concursos, regresan los menestriles. ¡Los cantores del celeste amor, bondad, pureza y sabiduría, regresan a pesar de todas las prohibiciones de las autoridades eclesiásticas!

 La estricta censura del lado de la Iglesia llevó a que todo compositor, cuya música incluyera cualquier elemento arquetípico de los bonshomes, fuera sometido a represalias hasta su muerte. Si los inquisidores no podían condenar y ejecutar públicamente al genio, lo envenenaban (el modo más predilecto de matar a los indeseables para Roma). A partir de Bach, los compositores empezaron a ocultar sus ideas: no podían revelar la fuente de su música. La ventana auditiva especial que se les revelaba fue consecuencia de una altura espiritual determinada. El mundo en el cual vivían fue ocultado escrupulosamente por los genios.

Bach previó no solo el futuro de la música, sino también el de la civilización. ¡¡¡Fue un profeta, escribió para los tiempos futuros!!! Pero el aspecto profético de sus composiciones siempre permanecía silenciado. Los minnesíngeres acusaban a los apologetas bizantinos de no conocer a Minné ni darse cuenta de sus esferas y de no querer ni siquiera oír hablar de ella, renunciándola conscientemente. Minné asesta el golpe más poderoso a los fingidores malocéntricos, barrigo y falocéntricos. Hipócritas orgullosos y presumidos, los siervos del diablo literalmente se ocultan por completo para que no les alcancen y puedan perseguir atrozmente a sus ungidos.

Según los minnesíngeres, la tarea de la música es despertar lo más profundo de la memoria mnemónica espiritual, hacer recordar a la civilización de Minné, la galaxia del supremo amor, en la que en un tiempo el alma moraba, y recordar a su guía y reina.  Es imposible despertar la memoria mnemónica con palabras. Pero la música posee el don de penetrar en los castillos inmortales y derramar las fragancias celestiales mínnicas, despertando el arquetipo del amor celestial que otorga al oyente la paz verdadera.

El secreto de nuestra música está en que se emana del Grial. El concierto es el derramamiento del Cáliz del santo estar. De él nace cada canción nuestra, como una gota mírrica del paquibitié.

Juan de San Grial, Piano como Orfeón I y II (2015-2017)

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La nueva música supone un ser humano nuevo, un contenido nuevo, una espiritualidad nueva. El corazón debe estar iniciado y ungido para entrar en las esferas del Oído Fino altísimo y perforado. Hay que aprender a escuchar en las dimensiones del mundo eterno. Entrar en el Claromundo, en las Islas de los Bienaventurados, y tocar desde allí

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