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sobre
Juan De San Grial
Ungido por la Sabiduría Divina, Músico, Escritor, Poeta, Humanista y sobretodo Buena Persona.
Libro de poesía
Como música celeste, los versos contenidos en este libro transportan al alma a los mundos empíreos en donde solo a través del corazón espiritual se puede entrar. En el mundo actual en donde la estética por la estética prima, aun estando vacía de contenido, la poesía de Juan de San Grial es una reflexión profunda sobre los temas más actuales, es el ojo sobrio que muestra cada cosa como realmente es, sin los aditivos ni adornos superfluos que nos muestran una realidad distorsionada. Es una visión del hombre y de lo que acontece con el ojo de la divinidad. Pero en contra de lo que pudiera parecer, es una visión absolutamente exenta de dramatismo. Para el corazón buscador de la verdad y sensible, es la entrada en una nueva civilización, en una nueva forma de vida. En definitiva, es el nacimiento de un nuevo hombre que manifiesta su divinidad.
Beethoven – El Cristo del Segundo Gólgota. La espiritualidad es igual a la genialidad
Beethoven – El Cristo del Segundo Gólgota. La espiritualidad es igual a la genialidad
Libro de revelaciones musicales
El libro está destinado tanto a músicos profesionales y pedagogos musicales, como a todos los amantes de la música.
El autor, fundador de su propia escuela de piano, retoma sus inspirados diálogos al pie de las mismas teclas. Comentando obras clásicas famosas desvela el misterio del Univérsum del Bien, imprimido en la música por los grandes genios del amor superior, los cristos musicales. Ante el lector se desenvuelve una galería de retratos brillantes: Mozart, Bach, Beethoven, Haydn, Tchaikovsky, Rachmáninov, María Yúdina, Herbert von Karajan… Es una digresión histórica fascinante de la cultura mundial y las profundidades recónditas del alma humana, saturada de hechos e interpretaciones poco frecuentes; que sugiere llaves valiosas para salir de la crisis que ha abarcado también a la música clásica actual.
Minné restaurará el mundo
El hombre necesita bondad y sencillez.
Son precisamente las que le regalan alegría y felicidad. Y la insistencia en el mal convierte al hombre en un ser trágicamente desdichado y solitario que no puede servir a nadie.
A toda persona de la esfera del arte le es necesario comprender que el arte es un don divino, concedido de lo alto. El pintor, el poeta, el músico… debe llegar a comprender la lengua de la Divinidad y los misterios del alma humana para poder hacer sonar las profundas cuerdas arquetípicas y ser intermediario entre Dios y el hombre, entre el hombre y Dios. Ser mediador. Profeta. Instrumento. Esta actitud y este espíritu son el sol que iluminará la civilización de vírgenes y poetas del futuro.